" Dicen que no te quiero
y te llevo en mente.
Eres clamor tan decente
con el que rezo primero.
Suena tu amor sincero
en mi pobre corazón
aun no encuentro la razón
de llorar en madrugada
al encontrar tu mirada
repleta por mi emoción.
Dicen que no te amo
y la flor es mi regalo
eres la vela del palo
que soplas en cada tramo
mis manos forman el ramo
de tu alma inmaculada
Diciembre aclama callada
salves de gratitud
que brotas con prontitud
al celebrar tu llegada.
Dicen que no te olvide
y eres centro de mi vida
Eres cuaresma vivida
protestación de mi fe.
A tu vera me acerque
para besarte la mano
te acompañe como hermano
mientras todos te veían
y rezando se rendían
en solemne besamos.
Dicen que te perdí
y siempre estuve cantando
Perdí la voz pregonando
que eres parte de mi
cada oración fue un si
una salve a tu persona
mis versos fueron corona
en cada rincón callado
como regalo ilusionado
Señora que me perdona.
Dicen que no te llevo
en mi camino penitente
si me envuelves en la mente
cada madrugada de nuevo
con mi cirio te elevo
de cariño consumado
Todo Jerez ha notado
que mi Perdón se pasea
con su reina que rodea
mi corazón ilusionado.
Dicen que te arrincono
y me muero en el trabajo
abro camino y atajo
para ofrecerte mi trono.
Trabajamos en el tono
por tu Ermita de Guía
Tu serás pura alegría
que presida ese altar
posada del caminar
de toda mi cofradía.
Estas en mis adentros
de mi casa y mi familia
eres hombre de vigilia
cuando salgo a tu encuentro.
En mi caminar eres centro
alegría y esperanza
soñaremos la alianza
cuando a mis hijos le diga
que tu manto los bendiga
siendo su escudo y su lanza.
Si que te quiero Señora
Perpetuo Socorro mío
quiero gritar y porfío
hasta que salga la aurora
se acabara la demora
y la espera tan callada
ya imagino madrugada
cuando el arroyo le rece
a ese palio tantas veces
en mi mente tan soñada.
Pero mientras rezaré
como siempre así lo hice
mis letanías lo dicen
que siempre te amaré.
Nunca en mi vida dudaré
porque siempre te he creído
quiero gritar convencido
Perpetuo Socorro te espero
Perpetuo Socorro te quiero
porque contigo he sufrido."
Versos de Enrique Guillen Morilla, en la XXII Oración Poética de la Semana Santa Jerezana, ofrecida por la Hermandad del Perdón y dedicada a la Hermandad de la Santa Vera-Cruz, el 22 de marzo de 1.997.
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