El año pasado mi hijo Manuel hizo su Primera Comunión, y aparte de dar un paso más en su vida como cristiano le daba la posibilidad de salir de nazareno en su hermandad del Perdón, en la que salía de monaguillo.
Este año iba a seguir encendiendo velas en el Perdón ya que se iba a estrenar de nazareno en las viñas, pero al final decidió acompañar su Cristo del Perdón, fueron buenos recuerdos los que me quedan de este Domingo de Ramos, ayudé a mi hijo a revestirse su hábito y fuimos juntos hasta llegar a las puertas del salón de pasos adjunto a la Ermita de Guía.
A él lo mandaron al primer tramo de la Virgen del Perpetuo Socorro, donde iba junto a niños que han salido junto a él como monaguillos y que también realizaron su primera estación como nazarenos.
Mi hijo volvió a vestirse la túnica, pero volvió en este caso de capa azul y blanca, después de una intensa Madrugá de ver cofradías lo acerqué hasta la Parroquia de las Viñas y lo pusieron en el tramos de los pavos, a su lado iba su amigo Sergio, al que doy las gracias por prestarle la túnica, también le agradecemos a Seba el préstamo de los escudos. A pesar de la calor que hacía acompaño al Cristo de la Exaltación y la Virgen de la Concepción Coronada hasta las espaldas de su Templo sobre las dos y pico de la Madrugada ya del Sábado Santo.
Al llevarlo al templo me trajeron recuerdos se hace treinta años cuando mi padre me llevó vestido de nazareno de la misma cofradía a realizar mi primera estación, esperemos que no sea flor de un año.
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