Monseñor Mazuelos, en la Misa de las Familias: “El amor no es algo de usar y tirar, hay que construirlo y cuidarlo con la Gracia de Dios”
El obispo de Asidonia-Jerez
presidió una muy participativa celebración de la Eucaristía que, en la Santa
Iglesia Catedral del Salvador, reunió a los fieles diocesanos con motivo de la
fiesta de la Sagrada Familia.
M.C.S. La Iglesia
celebra hoy domingo la fiesta de la Sagrada Familia que llevó a los fieles de
Asidonia-Jerez a reunirse en torno a su pastor, monseñor José Mazuelos, en la
misa de la Catedral. Padres, madres, hijos y abuelos llenaron los bancos que el
primer templo diocesano estrenaba y en los que se materializaba, de este modo,
el sentido de una cita con el lema 'Esposo y esposa, padre y madre por la
Gracia de Dios'.
La Eucaristía estuvo animada
por la Pastoral Familiar que encargó a familias completas las lecturas, las
peticiones o las ofrendas y contó, en la homilía del obispo, con reflexiones que, buscando el ejemplo en el
amor y otras virtudes que José y María llevaron a la relación matrimonial,
apuntaron un análisis muy actual. “Nuestras familias se mantendrán unidas, como
la Sagrada Familia, también por el amor; sin él todo lo demás no les sirve de
nada”, señaló.
“El amor no es algo de usar y
tirar, algo que entre y salga de uno enamorándose o desenamorándose con
facilidad; el amor sincero es entrega desinteresada, hay que construirlo y
cuidarlo con la Gracia de Dios”, explicó monseñor Mazuelos equiparando a la
experiencia de fe de Abraham cómo los esposos, que no saben lo que les espera
en la vida, asumen su matrimonio desde el inicio confiándose en las manos del
Señor en la certeza de que ha de ser para toda la vida.
Tres palabras resumen los
requerimientos que fueron expresados por el pastor para construir
cotidianamente el matrimonio y la familia: permiso, gracias y perdón. De este
modo observó actitudes necesarias en nuestras relaciones domésticas. El acuerdo
en la toma de decisiones, el agradecimiento permanente por las donaciones del
otro y la predisposición tanto al reconocimiento de los errores propios como a
perdonar los de los demás fue presentado como buena hoja de ruta.
La celebración concluyó con
la Oración de las Familias que la Conferencia Episcopal Española ha puesto al
alcance de todos con motivo de esta jornada tan importante en el calendario
eclesial anual y que tampoco ha carecido en esta ocasión de presencia de fieles
jerezanos y de personas del resto de la diócesis en Madrid, donde han tenido
lugar determinados actos centrales de la Iglesia española.
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