Diario de Sevilla. Los hermanos mayores rechazaron este martes en el pleno de la sección de penitencia que las hermandades de víspera cobren la misma subvención que las que van a la Catedral. La reivindicación de las cofradías del Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión fue tumbada en la votación que, por petición de la Carretería, fue secreta y no a mano alzada. A la pregunta de si se debía modificar el actual reparto para que las vísperas cobraran la misma cantidad que el resto de hermandades de penitencia, 41 hermanos mayores votaron que no, 15 que sí y 2 se abstuvieron, por lo tanto cobrarán igual que el pasado año. El pleno también sirvió para que alguna hermandad, tras la dimisión en otoño del anterior presidente, Adolfo Arenas, y una vez superado el curso, pidiera que se considerara la convocatoria anticipada de elecciones. Los hermanos mayores también decidieron que no se suba el precio de las sillas, pese al criterio del tesorero, Tomás Vega.
El pleno en el que se debían aprobar las cuentas de este año se presentaba movido por el nuevo escenario económico que se ha producido este año y está motivado por varios factores. En primer lugar, los nuevos estatutos ya contemplan la asignación que se les da a las hermandades de gloria y sacramentales. Según el artículo 74, "los ingresos de cada una de las secciones que forman el Consejo procederán de las limosnas, herencias, legados, donaciones, subvenciones y explotaciones de todo tipo, que por su origen, naturaleza o destino, deban adscribirse a la sección correspondiente". La norma fija el porcentaje de los ingresos netos que las penitencias otorgan a las glorias y sacramentales: un 6% y un 0,30% respectivamente. Además, las arcas del Consejo han dejado de ingresar este año una cantidad que ronda los 200.000 euros, de ellos, más de 40.000 correspondientes a los gastos que generó el Vía Crucis de la Fe. Por la suma de estos factores, las cofradías que hacen estación de penitencia a la Catedral han visto cómo la subvención que reciben cada año ha bajado en 2.000 euros después de muchos años de subida.
El caso de las hermandades de penitencia que no acuden a la Catedral, las llamadas de víspera, es distinto. Ni los nuevos estatutos ni los anteriores fijan un criterio para la asignación de la subvención. Hasta ahora el dinero que recibían no salía de la caja de las hermandades de penitencia, sino del monto propio del Consejo. En los últimos años estas corporaciones que procesionan el Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión han visto como sus ingresos han aumentado, aunque suponían, aproximadamente, el 50% de lo que ingresaba una hermandad que sí va a la Catedral.
Si en 2006 la subvención de las vísperas era de 1.100 euros, el año pasado fue de alrededor de 15.000. Aprobados los nuevos estatutos surgieron las interpretaciones sobre qué cantidad debían cobrar. Las vísperas se agarraron al artículo 7, que dice que "todas las hermandades y cofradías integradas en el Consejo tienen los mismos derechos y obligaciones", y al 8.1.b que expone que "participarán en la forma prevista estatutariamente en los beneficios comunes y en los particulares que les corresponda por su pertenencia a cada una de las secciones, obtenidos por la gestión del Consejo o cualquiera de sus órganos". Por contra, las corporaciones que no querían aumentar el dinero de las vísperas se escudaban fundamentalmente en el artículo 76: "Los plenos serán los órganos competentes para aprobar las cuentas y el presupuesto de la sección correspondiente". Además, muchas de ellas esgrimen que el dinero se genera por la explotación de la carrera oficial, por la que no pasan las de víspera.
El presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, explicó a este periódico que la asignación a las vísperas, así como otras cuestiones, no se han incluido en los estatutos y sí se contemplará en un reglamento de régimen interno que se redactará próximamente: "No se podía fijar un porcentaje en los estatutos porque el número de hermandades de víspera es hoy uno y mañana puede ser otro, lo que podría generar repartos muy desproporcionados". De momento, tendrán que esperar para equipararse al resto.
El pleno en el que se debían aprobar las cuentas de este año se presentaba movido por el nuevo escenario económico que se ha producido este año y está motivado por varios factores. En primer lugar, los nuevos estatutos ya contemplan la asignación que se les da a las hermandades de gloria y sacramentales. Según el artículo 74, "los ingresos de cada una de las secciones que forman el Consejo procederán de las limosnas, herencias, legados, donaciones, subvenciones y explotaciones de todo tipo, que por su origen, naturaleza o destino, deban adscribirse a la sección correspondiente". La norma fija el porcentaje de los ingresos netos que las penitencias otorgan a las glorias y sacramentales: un 6% y un 0,30% respectivamente. Además, las arcas del Consejo han dejado de ingresar este año una cantidad que ronda los 200.000 euros, de ellos, más de 40.000 correspondientes a los gastos que generó el Vía Crucis de la Fe. Por la suma de estos factores, las cofradías que hacen estación de penitencia a la Catedral han visto cómo la subvención que reciben cada año ha bajado en 2.000 euros después de muchos años de subida.
El caso de las hermandades de penitencia que no acuden a la Catedral, las llamadas de víspera, es distinto. Ni los nuevos estatutos ni los anteriores fijan un criterio para la asignación de la subvención. Hasta ahora el dinero que recibían no salía de la caja de las hermandades de penitencia, sino del monto propio del Consejo. En los últimos años estas corporaciones que procesionan el Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión han visto como sus ingresos han aumentado, aunque suponían, aproximadamente, el 50% de lo que ingresaba una hermandad que sí va a la Catedral.
Si en 2006 la subvención de las vísperas era de 1.100 euros, el año pasado fue de alrededor de 15.000. Aprobados los nuevos estatutos surgieron las interpretaciones sobre qué cantidad debían cobrar. Las vísperas se agarraron al artículo 7, que dice que "todas las hermandades y cofradías integradas en el Consejo tienen los mismos derechos y obligaciones", y al 8.1.b que expone que "participarán en la forma prevista estatutariamente en los beneficios comunes y en los particulares que les corresponda por su pertenencia a cada una de las secciones, obtenidos por la gestión del Consejo o cualquiera de sus órganos". Por contra, las corporaciones que no querían aumentar el dinero de las vísperas se escudaban fundamentalmente en el artículo 76: "Los plenos serán los órganos competentes para aprobar las cuentas y el presupuesto de la sección correspondiente". Además, muchas de ellas esgrimen que el dinero se genera por la explotación de la carrera oficial, por la que no pasan las de víspera.
El presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, explicó a este periódico que la asignación a las vísperas, así como otras cuestiones, no se han incluido en los estatutos y sí se contemplará en un reglamento de régimen interno que se redactará próximamente: "No se podía fijar un porcentaje en los estatutos porque el número de hermandades de víspera es hoy uno y mañana puede ser otro, lo que podría generar repartos muy desproporcionados". De momento, tendrán que esperar para equipararse al resto.
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