Con el miedo no se va a ninguna parte, sólo paraliza o te hace retroceder, y este argumento es válido para cualquier aspecto de la vida. La Junta de Gobierno se siente respaldada por los hermanos, quienes han dado luz verde a la iniciativa, y entre todos, como siempre se ha hecho en la Paz de Fátima, nos volcaremos en conseguir que culminen los proyectos.
—La candelería es para largo plazo, pero la corona ¿es estrenarla el Lunes Santo próximo?
Ese es el propósito. Hemos considerado que la corona es un elemento prioritario y nos hemos marcado esa fecha límite para su ejecución. No queremos abusar de la generosidad de otras hermandades, y ha sido éste el principal motivo que nos ha llevado a pedir al Cabildo de Hermanos su beneplácito para emprender ambos proyectos.
—Además se estrena sección musical acogiendo a la Banda de Pasión, que ahora se llama del Refugio ¿Cómo se ha llegado a este punto?
El ofrecimiento por parte de la banda de integrarse en nuestra Hermandad no es nuevo. Era una asignatura pendiente desde el pasado año. Finalmente, la predisposición mostrada por los miembros de la banda, unida al hecho de que para la Paz de Fátima, desde incluso antes de que fuéramos Asociación, el contar con sus propios músicos siempre supuso una aspiración, nos han llevado a dar el paso. Muchos pensarán que nos metemos en otro lío, pero no dudo de que será una relación fructífera para ambas partes.
—¿Esto supone que la banda sustituirá a la de Valme en el misterio?
El próximo Lunes Santo nos acompañará Valme, como siempre. Eso lo tenemos claro todos. Así lo hemos manifestado públicamente, y por supuesto, no es desconocido para los componentes de nuestra nueva sección musical Virgen del Refugio.
—Repite mandato como hermano mayor tras unas elecciones muy igualadas, ganando por un escaso margen de votos ¿Esto significa que hay división en la Hermandad?
La Paz de Fátima no está dividida, sino que existe diversidad de opiniones. Cualquiera que se presente como candidato para dirigir una Hermandad debe contar de antemano con esta realidad, y yo lo tenía clarísimo. Pero finalmente, el caso es que he vuelto a ser reelegido. Ha sido la voluntad del Cabildo de Hermanos, y seré el Hermano Mayor de todos.
—El mundillo cofrade se pregunta el por qué de dos candidaturas, tan aparentemente igualadas en apoyos, en una hermandad joven ¿cuál es o ha sido el problema, si lo ha habido?
Me temo que te falta un dato. Presenté mi candidatura en solitario, como el llanero, y casi pierdo compitiendo contra mí mismo. El problema, como tú lo llamas, considero que radica precisamente en que somos una hermandad muy joven. Sin embargo, soy de la opinión de que no se debe mirar hacia atrás, sino siempre hacia delante. Nos quedan muchas cosas por hacer y estoy convencido de que absolutamente todos iremos en la misma dirección: engrandecer la Paz de Fátima.
—¿Puede ser que esto sea consecuencia de haber ido demasiado rápido en conseguir casi todo, algo que agota o estresa a la Hermandad?
Ni de lejos serían esos los motivos. Lo hecho se ha conseguido porque todos hemos querido que fuera así, porque hay muchas ganas. Luego existirán temas muy puntuales que hayan llevado a algunos hermanos a no optar por mi reelección, pero, repito, seré el hermano mayor de todos.
—Es de suponer que uno de sus retos es reforzar a la cofradía internamente.
Ese cometido siempre debe estar presente para cualquier hermano mayor. Por supuesto que para mí será el que prevalecerá, y además confío en que todos los hermanos de la Paz de Fátima estamos por la labor de consolidarnos.
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